Qué me puede ofrecer una residencia universitaria en verano

El verano es una época contradictoria: en la gran mayoría de ocasiones supone un respiro para todos siendo sinónimo de relax, buen tiempo, viajes etc. Pero no siempre podemos parar nuestra actividad, casos como en los que necesitamos una residencia universitaria de verano para seguir formándonos o para prepararnos el próximo curso y donde no queremos que el mundo se pare por vacaciones. ¿Qué me puede ofrecer una residencia en verano?

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Un ambiente estival

Que tengamos que estudiar o trabajar en verano no significa que dediquemos todas las horas del día a este fin. Precisamente el verano resulta apetecible porque la falta de horarios rígidos permite una mayor flexibilidad para que, cuando nuestro cuerpo y mente diga basta, podamos darle el alivio que tanto necesita.

 

Desde una piscina hasta una simple tumbona al aire libre donde poder leer relajadamente son instalaciones que no deben faltar en una residencia de verano y que nos permitirán disfrutar de los pequeños placeres veraniegos que tanto agradeceremos.

 

 

Un lugar en el que relacionarte

 

Una de las principales finalidades de cualquier residencia es la de poner en contacto a gentes de distintas naturaleza pero con un fin común: ya sea la formación, aprender idiomas etc.

 

En verano, cuando desaparece la masa estudiantil en su gran mayoría, se hace aún más necesario el poder tener ese contacto social con personas que se encuentran en similar situación. No se trata de autocompadecencia, sino de una herramienta de desconexión eficaz y la posibilidad de poder montar y ejecutar planes de ocios relajantes y lúdicos en compañía.

 

Planes y oferta lúdica

 

Si además de las comodidades veraniegas como la piscina, tenemos localizada la residencia en una ciudad como Barcelona donde disfrutar de playa y montaña en pocos minutos, contar con una residencia donde podamos disponer de herramientas como bicicletas o transporte público que nos lleve en cuestión de un momento a lugares donde disfrutar de pleno los meses de julio y agosto supone no sólo una comodidad, sino un privilegio.

 

Privilegio que nos permitirá disfrutar de días de descanso como si estuviéramos de vacaciones y cargar las pilas para abordar los estudios o las investigaciones con el entusiasmo necesario que nos permitirá alcanzar nuestros objetivos.

 

Deporte

 

El deporte es la mejor válvula de escape. Además de sus notables beneficios físicos y para la salud, suponen un foco de desconexión perfecto, donde poder soltar todo el estrés acumulado y convertirlo en energía positiva.

 

Toda buena residencia veraniega debe por tanto ofrecer y contar con instalaciones deportivas donde practicar fútbol, natación, gimnasia y otras tantas actividades que sirvan de desfogue.